El interés por el efecto de limpieza se basa en el hecho de que la cavitación se produce principalmente en los puntos de falta de homogeneidad, es decir, precisamente donde las impurezas se adhieren a las superficies. La propia suciedad atrae, por así decirlo, la cavitación, que acaba por eliminarla de la superficie.
Este proceso también suele denominarse "microfregado" o "cepillado electrónico". Sin embargo, el ultrasonido es un cepillo tan suave como minucioso, ya que el efecto de la cavitación -cuando se aplica brevemente- deja ilesas incluso las superficies sensibles y es eficaz allí donde haya líquido limpiador. La limpieza por ultrasonidos es un método ideal para limpiar agujeros ciegos, estrías, hendiduras y todo tipo de cavidades de difícil acceso manual. Los conjuntos enteros, como las cajas de engranajes, no necesitan desmontarse para su limpieza, sino que pueden introducirse en un baño de limpieza por ultrasonidos como un todo.
La limpieza por ultrasonidos también es adecuada para piezas delicadas, como componentes electrónicos, placas de circuitos, celdas de filtros electrostáticos inaccesibles, válvulas diésel o finas boquillas de inyección de automóviles. También en medicina, el efecto eliminador de suciedad de la cavitación se utiliza en hospitales y consultorios para limpiar y reducir el tiempo necesario para la desinfección química de instrumentos de corte fino, piezas de endoscopios y, en particular, microinstrumentos.
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