Las joyas se ensucian cuando se llevan puestas debido a los depósitos y reducen el brillo radiante de los diamantes. La grasa y el polvo pueden acumularse, sobre todo en los finos espacios entre los pendientes o los collares, por ejemplo.
Con la limpieza por ultrasonidos, se pueden limpiar a fondo hasta los huecos más finos y recuperar el brillo original de los objetos.